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Soy un autentico "GIL BILL"

miércoles, septiembre 28, 2005

Cuentos Ziudadanos: I Efisio pierde el asombro

Rumbo a casa escucho nuevamente mi repertorio favorito, hace rato que no escucho algo nuevo con la devoción de lo cautivador.Estoy perdiendo mi capacidad de asombro, grave cosa.
Afuera la situación no cambia mucho, las calles llenas de hoyos, el calor seco de febrero, las micros llenas a las seis, los tacos, los pacos, nada nuevo.Llegué a mi casa que en realidad no es mi casa porque arriendo, me quito los audífonos, prendo la computadora y descargo las fotos del día. En mi bolsillo vibra el teléfono es la secretaria del dentista que me recuerda que le debo una cuota del tratamiento de conducto. Yo no recuerdo deber nada.Reviso mis tres cuentas de correos me llega la natural cantidad de cosas que no se como llegan, hago el aseo necesario y reviso las fotos, la secuencia de la gorda me gusta; en la primera foto se ve claramente como le saca la chequera de la cartera a la señora, en la segunda se ve el brazo borroso de la señora asaltada y en la tercera la enorme figura de la gorda ladrona tirada en el piso completamente inconsciente. Me las pagarán bien fijo que van en “héroes anónimos”, llamo a Antonia y le cuento de mi nuevo material, me pide que se las mande a su correo, una vez más le recuerdo que primero me haga la transferencia, una vez más el precio le parece excesivo, una vez más le digo que iré con el otro diario, una vez más me hace la transferencia. Es todo tan predecible.Mañana nada va a pasar frente a mi cámara, con 9 años de experiencia haciendo lo mismo mi palpito fotográfico se afina cada día más y sé que mañana no pasará nada que me reporte dinero así que llamo a Laura para invitarla a ver alguna de mis películas ultra vistas, tomarnos un par de Merlot y conversar hasta la madrugada, me dice que esta algo acupada y que en media hora más me confirma. No volvió a llamar. Voy a la cocina y miro mi cava, saco un par de copas y parto al balcón con el Merlot bajo el brazo, sirvo las dos copas y me tiro en el sillón, choco la botella con las copas hago un brindis por la secretaria de mi dentista y bebo de la botella hasta acabarla, mi último imagen antes de caer dormido fue ver gente caminando con cabezas de peceras, pero sin peces.